domingo, 11 de septiembre de 2011

El síndrome postvacional escolar


Desde hace algún tiempo se ha comprobado que al igual que ocurre con los adultos cuando tenemos que incorporarnos al trabajo después de haber disfrutado de las vacaciones y sufrimos de cierta apatía, nostalgia, falta de ritmo, falta de concentración, irritabilidad, etc. También entre el 5% y el 8% de la población escolar sufren de dichos síntomas.

Para minimizar en la medida de lo posible dichos síntomas postvacionales podemos realizar una preparación una semana antes de comenzar el curso y así conseguir una adaptación a la rutina de la escuela. Para ello podemos poner en práctica las siguientes orientaciones:

1.-Antes de acompañar a los padres a realizar la compra del material escolar, ropa y calzado, revisar el material del curso escolar para conocer en que estado se encuentra y aprovechar todo aquello que nos pueda servir, con ello además de no acumular un exceso de material escolar estaremos potenciando el ahorro en nuestros hijos (tan necesario en nuestra época).

2.- Realizar algunos ejercicios de las materias que más le hayan costado y así tomar conciencia antes de comenzar el curso. Utilizando un símil deportivo, sería como una “pretemporada escolar”. Sin olvidarnos de utilizar el componente lúdico, que sea atractivo y diferente a lo que hayan visto en el curso anterior y suponga un reto para el estudiante.

3.- Planificar alguna actividad extraescolar (deportiva y/o formativa) durante el curso escolar. Con ello conseguiremos crear una inquietud paralela al colegio.

4.-. Acostar al niño a una hora prudente (de 21 a 21,30 pm) para que pueda dormir lo suficiente, ya que al día siguiente tendrá que despertarse temprano y rendir en clase durante un período de 5 horas. Hay que recordar que hay zonas del cerebro como los lóbulos frontales donde su desarrollo no concluye hasta los 20 años de edad, por lo que si a un niño se le va privando de sueño a medida que va creciendo, también se verán afectados el aprendizaje, el humor, la conducta y la atención.

5.- Hablar con el niño sobre sus compañeros, profesores y demás personal del centro, si han crecido, si hay algún profesor nuevo, si han realizado alguna reforma en el centro.

Procurando que sea en un ambiente cordial y sin utilizar la famosa frase ¡que ganas tengo de que el niño vaya al colegio!, ya que ello puede tener una consecuencia negativa y producir el rechazo al mismo, por lo que dicho síndrome se alargaría más.

Para finalizar hay que decir que el síndrome postvacacional tiene una duración corta, entre 7 y 10 días y que supone un estado de transición hasta conseguir la nueva adaptación o ritmo académico. Si los síntomas descritos anteriormente tuviesen su persistencia en el tiempo habría que acudir a un especialista.

Juan Pinto Rodríguez.

Licenciado en Psicopedagogía.

Consulta privada en Clínica Serman en Jerez de la Frontera.

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